Los dolores empiezan por la nariz
Después se van directo a los ojos
Aquellos donde el alma se asoma
El desierto se deshiela ante los vasos
Que poco a poco se van acabando
Son tus ojos que se clavan en las venas
La sangre se coagula en espuma se convierte
Dios el dolor no se va
En aquel fondo de cobardía
La cebada y el trigo fusionan la sangre
Y aún no consigo olvidarte
Y no lo creo .. Te siento tan cerca
Tan mía, misma carne y el mismo dolor humilde poeta se ve en cada gota de licor
Dionisio desvanece el dolor
Vuélvete mi cómplice y mi amigo por esta noche
Aunque sea por esta noche de alcohol en sangre putidra
Que hermoso altar aquellos apóstoles que me acompañan: bacardi, ron de Caña y centeno
Benditos vuelvan parte de mi como yo de ustedes en cada oración
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